Las fiestas navideñas son sinónimo de familia, celebraciones y, por supuesto, comidas abundantes. En el episodio del 5 de diciembre de Más que Estética, Melania Doniz, nutricionista de Clínica ICA, compartió estrategias prácticas para afrontar esta época sin caer en excesos que afecten a nuestra salud, metabolismo y bienestar general.
Desde el inicio, Melania dejó claro que la Navidad no debe vivirse desde la prohibición, sino desde la planificación consciente. Las restricciones extremas suelen llevar al descontrol: “si algo está prohibido, más tentación genera”. En lugar de eso, propone adoptar estrategias realistas, que permitan disfrutar sin comprometer la salud.
Uno de los errores más comunes es saltarse comidas durante el día para “compensar” una cena abundante. Según Melania, este hábito es contraproducente: llegar con hambre extrema favorece la ingesta excesiva y desordenada. La clave es mantener la rutina diaria de alimentación, incluyendo proteína, verduras y alimentos nutritivos antes de acudir a un evento festivo. De esta manera, el cuerpo llega saciado y es más fácil evitar exageraciones.
También abordó uno de los grandes desafíos navideños: los dulces típicos que decoran mesas y reuniones. Su presencia constante aumenta la tentación, pero gestionar este impulso es posible si se llega saciado y se aplica la regla del 80/20: que el 80 % del plato sea nutritivo, dejando un 20 % para ese dulce que apetece. Así se permite disfrutar sin caer en el exceso.
Otro punto importante es elegir preparaciones caseras y menos procesadas. Melania recordó que muchos platos navideños pueden ser saludables dependiendo de los ingredientes y métodos de cocción. Cambiar fritos por horneados, reducir azúcares, usar especias naturales o elaborar postres caseros marca una gran diferencia nutricional.
Sobre los aperitivos, recomienda servirlos en un platito en lugar de picar sin conciencia. Esto ayuda a controlar cantidades y a reservar el apetito para el plato principal, que suele tener mayor valor nutricional. Comer de forma consciente es una de las herramientas más eficaces para evitar el empacho típico de estas fechas.
La hidratación también juega un papel clave. Durante las fiestas se incrementa el consumo de alcohol, lo que deshidrata y afecta a la regeneración celular. Alternar bebidas alcohólicas con agua no solo reduce la ingesta total, sino que previene resacas y favorece el bienestar general.
Finalmente, Melania insistió en algo esencial: no esperar a enero para retomar los hábitos saludables. Los atracones “porque empieza el año nuevo” solo dificultan la recuperación metabólica. Lo ideal es regresar a la rutina con normalidad, manteniendo ejercicio, hidratación y comidas equilibradas. No existen “dietas milagro”, pero sí estrategias sostenibles que permiten disfrutar de las fiestas con control y bienestar.
