En el episodio del 24 de noviembre de Más que Estética, la Dra. Sonia Díaz —directora médica de Clínica ICA— conversó junto al cirujano plástico Ricardo Cortés sobre un tema tan frecuente como silencioso: la ginecomastia. Esta condición, que consiste en el aumento del tejido mamario en hombres, genera complejos profundos y afecta a miles de adolescentes y adultos. Sin embargo, sigue siendo una realidad que muchos viven en silencio.
El Dr. Cortés explicó que el término “ginecomastia” no implica malignidad ni benignidad por sí mismo: simplemente describe un crecimiento anormal de la glándula mamaria masculina. Puede deberse a desequilibrios hormonales, efectos de medicamentos, factores genéticos, anabolizantes usados en gimnasios, o incluso malos hábitos alimentarios. En otros casos, existe una combinación entre glándula y grasa, conocida como pseudoginecomastia, y cada una requiere un abordaje distinto.
La Dra. Sonia destacó que muchos jóvenes acuden a consulta movidos por el complejo estético y emocional que les genera esta condición: vergüenza al quitarse la camiseta, evitación de actividades sociales y, en casos extremos, aislamiento y síntomas depresivos. Por ello, detectar el problema a tiempo —sobre todo en la adolescencia— es fundamental para evitar un deterioro en la autoestima del paciente.
El primer paso en Clínica ICA consiste en una evaluación médica completa, que incluye historia clínica, exploración física y una ecografía diagnóstica realizada por especialistas en radiología. Esta valoración permite distinguir si el paciente presenta un crecimiento glandular real o un acúmulo graso, y así elegir la técnica adecuada. “El diagnóstico debe ser claro y honesto. No se puede prometer lo que no es posible lograr”, destacó la doctora.
El tratamiento definitivo, en la mayoría de los casos, es quirúrgico. La intervención consiste en retirar la glándula mamaria y, si es necesario, realizar una liposucción complementaria para armonizar el contorno del pecho. Para ginecomastias leves en pacientes jóvenes, la cirugía deja mínimas cicatrices y ofrece resultados altamente satisfactorios. En casos más avanzados —como pacientes con obesidad o gran exceso de piel— puede requerirse una cirugía más amplia, con cicatrices mayores, pero igualmente con un impacto positivo en la calidad de vida.
El Dr. Cortés enfatizó que no existen “soluciones mágicas” ni sustitutos tecnológicos que puedan reemplazar el rigor de la cirugía en ginecomastias moderadas o severas. También advirtió sobre técnicas que prometen resultados artificiales, como implantes pectorales o injertos de grasa en el músculo, prácticas que conllevan riesgos importantes y resultados poco naturales.
La clave, según ambos especialistas, es un abordaje profesional, seguro y transparente. Y, sobre todo, consultar cuanto antes. Si un adolescente evita quitarse la camiseta, oculta su pecho bajo sudaderas anchas o muestra incomodidad creciente, es el momento de acudir a un especialista.
Este episodio deja un mensaje claro: la ginecomastia tiene solución, y el tratamiento adecuado puede transformar no solo el físico, sino la confianza y bienestar emocional del paciente.
